Hay personajes al límite que no se van de nuestros recuerdos. Enloquecidos psicópatas tan atractivos como el Travis Bickle, que nos descubrió a Robert de Niro en Taxi Driver, el Jack Torrance que interpretó Jack Nicholson en El resplandor o el inquietante Joker con el que se despidió el recordado Heath Ledger.
Después de ver esta Celda 211 que se estrena este viernes, te presento a Malamadre, otro de esos tipos difíciles de odiar y de olvidar, cargado de rabia y sabiduría y tan de verdad que estremece imaginar lo que será ver el mundo desde sus ojos.
Después de ver esta Celda 211 que se estrena este viernes, te presento a Malamadre, otro de esos tipos difíciles de odiar y de olvidar, cargado de rabia y sabiduría y tan de verdad que estremece imaginar lo que será ver el mundo desde sus ojos.
La culpa de Malamadre la tiene un gallego llamado Luis Tosar, ya maduro como actor y que nada tiene que envidiar del talento de De Niro, Nicholson o Heath Ledger para crear monstruos inquietantes, tan humanos como tú. Y también un tal Daniel Monzón, mejor director con cada nuevo trabajo y que aquí logra el milagro para el cine español de firmar un título comercial y bien rodado, que es a la vez cine del que explica el mundo que nos ha tocado vivir.
Thriller de acción que cuenta con intensidad y ritmo un motín carcelario, película ‘social’ que explica el terrorífico drama de vivir entre rejas, recital interpretativo de Tosar, pero también de Marta Etura, Luis Zahera o Vicente Romero. Una de esas películas cercanas y valientes que justifican la apuesta por lo que queda del cine español. Ese muerto que camina.
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