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jueves, 8 de octubre de 2009

Por favor, señora ministra, no tire el futuro de los cientificos por la ventana.





Encogidos, como si los hubieran lavado con agua caliente. Así han quedado los presupuestos de los principales Organismos Públicos de Investigación, que es tanto como decir el núcleo de la investigación científica de nuestro país. Los datos saltan a la vista, a pesar de que la responsable del recorte, la ministra de Ciencia e Innovación Cristina Garmendia, tratara de venderlo ayer como una especie de éxito y se mostrara sorprendida por el enfado de los investigadores.


Las personas que se han levantado contra esta situación, las decenas de científicos que han firmado cartas de protesta, no son cuatro desarrapados con ganas de armar jaleo. Se trata de algunas las mentes más brillantes de este país que llevan años sacrificándose por un sistema que no les trae más que sinsabores. Muchos de ellos, me cuentan, cobran menos dinero que cualquiera de sus becarios que salen al extranjero y tienen auténticas dificultades para continuar con proyectos que requieren de esfuerzo, dedicación y paciencia.


La ministra de Ciencia e Innovación aseguraba este martes que no entendía por qué se enfadan los científicos, pero hoy se despertará con buena parte de los investigadores levantados en armas y más de 600 blogueros que le reclamarán que guarde las tijeras.

Las explicaciones de Cristina Garmendia durante la presentación de los presupuestos de su ministerio para el año 2010 no han convencido a casi nadie. La ministra se esforzó por demostrar que los organismos públicos de investigación, principales afectados por el recorte, no verán alterados sus proyectos y no tendrán que despedir a nadie porque podrán recurrir a sus reservas y a la petición de créditos. Pero las cifras hablan por sí solas: el CSIC recibirá un 13% menos, el CIEMAT un 26% menos y el Instituto Astrofísico de Canarias verá reducidos sus ingresos en un 14%, por poner algunos ejemplos. Y la mayoría de estas partidas, argumentan los científicos consultados por lainformacion.com, se destinan a la contratación de jóvenes investigadores, que pagarán las consecuencias del recorte.

“Me extraña que la ministra diga algo así”, asegura Jesús Villar, jefe del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Enfermedades Respiratorias, dependiente del Instituto de Salud Carlos III. “Un 15% de descuento significa que el 1 de enero se va a despedir a jóvenes investigadores. Si yo tengo a tres personas a tiempo indefinido, tendré que echar a uno. Y ese problema lo tienen todos los grupos”.


“Puede ser una auténtica catástrofe”, asegura Miguel Ángel de la Rosa Acosta, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en el Centro de Investigaciones Científicas Isla de la Cartuja. “Todo el sistema que nos ha costado años levantar no puede sufrir un parón en seco”, explica. “Los laboratorios hay que mantenerlos abiertos, como los hospitales. Un puente se puede retrasar dos años y no pasa nada, pero dos años en ciencia suponen perder la oportunidad de estar en primera línea”.

En la línea de flotación

Desde la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) creen que esta reducción de presupuestos es un “golpe en la línea de flotación de la investigación de este país” y califican los argumentos de la ministra de “sorprendentes”. Manuel Palomar, vocal de la junta directiva, cree que las reservas de los organismos científicos “no darán para hacer contrataciones” y que la fórmula del crédito que esgrime la ministra es “inviable” para proyectos que no reportan beneficios inmediatos.

“Están jugando con las palabras, pero los números están claros”, afirma Jesús Villar. La sociedad no puede tolerar que tiren el futuro de nuestros hijos por la ventana, que jueguen con nuestra posición en el mundo… ¿Qué mensaje se les manda a los jóvenes?”

Para este experimentado investigador, lo importante es que nadie olvide que la ciencia la hacen las personas. “Ya está bien”, reclama, “de tratar como ‘esclavos de la ciencia’ a gente tan bien preparada”. “En otros países”, argumenta, “se les trata como señores y señoras… Yo tengo becarias que están trabajando en el extranjero y cobran más que yo como investigador senior con veinte años de trabajo”.

De vuelta al exilio

Al problema de la falta de dinero para mantener los contratos, se sumará una curiosa y desgraciada circunstancia: algunos de los científicos de la “fuga de cerebros” que habían regresado del extranjero porque la situación parecía mejorar en España, tendrán que coger el camino de vuelta.

“Hay mucha gente que ha venido del extranjero, asegura Jesús Villar, “que han dejado todo su futuro y ahora se encontrará con esto”. “Hace unos años, se hizo programa de becas para recuperar jóvenes valores”, apuntan desde el COSCE, “pero con esto se les cortan las alas”.

Es el caso de David N., físico de 33 años adscrito a un programa de la Universidad del País Vasco. Tras pasar dos años trabajando en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), este investigador madrileño regresó a España con una beca Juan de la Cierva y se encuentran con meses de retraso y más incertidumbre. “Si llego a saber que iba a encontrar este panorama”, asegura, “desde luego que me lo pienso”.

Recortes a contracorriente

Pero los reproches de la comunidad científica no vienen sólo por los recortes presupuestarios, sino por el cambio de rumbo que supone esta política en un gobierno que hasta ahora se jactaba de apostar por la investigación y afirmaba, por boca del propio Zapatero, que sería el motor para un cambio de modelo económico.

“No podemos cometer el error del volver a la economía del ladrillo”, asegura el profesor De la Rosa. “En otro países”, explica, “se está haciendo precisamente lo contrario: se está aumentando la partida presupuestaria dedicada a ciencia porque no se puede pretender un desarrollo si no creamos conocimiento”.



“Alemania, EEUU, Japón y Francia”, aseguran desde la COSCE, “han anunciado un aumento de las inversiones en investigación confiando en que eso puede cambiar el modelo económico”.


“Habíamos dado un paso adelante y esto son dos pasos para atrás”, afirma Villar. “Es verdad que Zapatero hizo un esfuerzo y todos creímos en él, pero eso se ha ido al traste con este recorte. En tiempos de crisis, precisamente lo que hay que hacer es eso. Es una lección de la historia, lo contrario es ir contra el país”.


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